Hay un nuevo partícipe en las deliberaciones internacionales en torno al calentamiento global y los agrocombustibles: la industria de la biotecnología. Los gigantes corporativos de la genética proponen nuevas tecnologías, como árboles transgénicos, etanol celulósico de segunda generación y biología sintética, para sacar a la sociedad de su dependencia de los combustibles fósiles y combatir el cambio climático.
Las implicaciones para América Latina son impresionantes. La movida masiva de la industria de la biotecnología al sector energético implica la convergencia de importantes asuntos sociales y ecológicos en la región, como la promoción de los agrocombustibles, los cultivos transgénicos y el crecimiento de los monocultivos del agronegocio. Están en juego las aspiraciones de la sociedad civil latinoamericana de reforma agraria, protección ambiental, alternativas al neoliberalismo y soberanía energética y alimentaria.
Las compañías de biotecnología se han convertido en los principales impulsores del uso de cultivos agrícolas, como maíz, soya y caña de azúcar, para hacer combustible para vehículos de motor. Enfrentados con la creciente resistencia del público al consumo humano de sus cosechas transgénicas, la industria ve su salvación en la producción de agrocombustibles transgénicos. Al presentar los productos transgénicos como la respuesta al cambio climático y el agotamiento de recursos causado por los combustibles fósiles, esperan proyectar una luz más favorable sobre las plantas transgénicas.
http://www.ircamericas.org/esp/5196
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1 comentario:
Jezrael, resume el material con tus palabras - transcribir literalmente y citar no es válido. Cal. = 8.5
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