04 febrero, 2009

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Eguiarte et al (1999), afirman que la biodiversidad es un término de reciente incorporación al vocabulario y su definición puede ser pragmática: "...totalidad de los genes, especies y ecosistemas de una región" hasta una de amplia cobertura y poca operatividad: "la variabilidad de los organismos vivos de cualquier fuente, incluidos entre otras cosas, los ecosistemas terrestres y marinos y otros eco sistemas acuáticos, y los complejos ecológicos de los que forman parte; comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los ecosistemas" .
Becerra y Paredes (1999) aseguran que, históricamente, los estudios relacionados con diversidad genética en plantas han estado relacionados con datos arqueológicos, botánicos, lingüísticos, históricos y morfológicos. Vale decir, desde el punto de vista agronómico y comercial, la caracterización del germoplasma se ha basado fundamentalmente en características de alta y de baja heredabilidad, medidas a través del fenotipo. Sin embargo, las principales limitantes de esta caracterización son la influencia ambiental, el tiempo requerido para colectar los datos y el reducido número de genes involucrados en este proceso.
Fonturbel (s/f) afirma que, desde que Darwin (1852) planteó a la selección natural como el principal mecanismo evolutivo de las especies, los científicos han buscado el factor intrínseco de dicha variabilidad. En los últimos años, el avance de las ciencias biológicas y de la biotecnología ha relevado que es el material genético el responsable directo y primario de las adaptaciones, la especiación y la extinción. En este sentido, se ha identificado como la principal fuente de variabilidad a la mutación, que es un fenómeno aleatorio que va produciendo una serie de variantes de los alelos convencionales de una especie, los cuales permanecen o desaparecen en las poblaciones por medio de mecanismos de selección natural a nivel de genotipo y fenotipo.
Fonturbel (s/f) dice que, la generación de variabilidad genética depende de varios factores como la tasa de mutación, la incidencia de los procesos de selección natural, la frecuencia génica de los otros alelos y su relación adaptativa con el medio y estrategias más complejas como la selección dependiente de la frecuencia y derivada de esta, la coevolución.

Becerra, V. & Paredes, M. (1999). Uso de marcadores bioquímicos y moleculares en estudios de diversidad genética. Tomado el día 4 de febrero de 2009 de: http://www.inia.cl/at/espanol/v60n3/html/art07.htm

Eguiarte, L., Larson-Guerra, J., Nuñez-Farfan, J., Martinez, A., Santos del Prado, K. & Arita, H. (1999). Diversidad filogenética y conservación: ejemplos a diferentes escalas y una propuesta a nivel poblacional para Agave victoriae-reginae en el desierto de Chihuahua, México. Revista Chilena de Historia Natural. 72: 475-492, 199-9. Tomado el día 4 de febrero de 2009 de: http://www.ecologia.unam.mx/laboratorios/macroecologia/Publicaciones/Arita/ArticulosArita/RevChilHistNat99.pdf

Fontúrbel, F (s/f). Conservación de ecosistemas: un nuevo paradigma en la conservación de la biodiversidad. Tomado el día 4 de febrero de 2009 de: http://66.102.1.104/scholar?hl=es&lr=&q=cache:jOOcDOVdou0J:www.rds.org.co/aa/img_upload/cd3189bd6b9a1ea1575134c54f92a42c/conservacion_paradigma.pdf+Conservaci%C3%B3n+de+ecosistemas:+un+nuevo+paradigma+en+la+conservaci%C3%B3n+de+la+biodiversidad

1 comentario:

Unknown dijo...

Cristina, excelente aportación crítica, aunque no es necesario que sea tan amplia y técnica.
Cal. = 10