La biotecnología le apuesta a los agrocombustibles
Hay un nuevo partícipe en las deliberaciones internacionales en torno al calentamiento global y los agrocombustibles: la industria de la biotecnología. Los gigantes corporativos de la genética proponen nuevas tecnologías, como árboles transgénicos, etanol celulósico de segunda generación y biología sintética, para sacar a la sociedad de su dependencia de los combustibles fósiles y combatir el cambio climático.
Las implicaciones para América Latina son impresionantes. La movida masiva de la industria de la biotecnología al sector energético implica la convergencia de importantes asuntos sociales y ecológicos en la región, como la promoción de los agrocombustibles, los cultivos transgénicos y el crecimiento de los monocultivos del agronegocio. Están en juego las aspiraciones de la sociedad civil latinoamericana de reforma agraria, protección ambiental, alternativas al neoliberalismo y soberanía energética y alimentaria.
Las compañías de biotecnologíase han convertido en los principales impulsores del uso de cultivos agrícolas, como maíz, soya y caña de azúcar, para hacer combustible para vehículos de motor. Enfrentados con la creciente resistencia del público al consumo humano de sus cosechas transgénicas, la industria ve su salvación en la producción de agrocombustibles transgénicos. Al presentar los productos transgénicos como la respuesta al cambio climatico y el agotamiento de recursos causado por los combustibles fósiles, esperan proyectar una luz más favorable sobre las plantas transgénicas.
Tienen mucho en juego. Monsanto, por ejemplo, obtiene 60% de su rédito de la venta de semillas transgénicas. Montándose sobre la marea creciente del boom de los biocombustibles, Monsanto y otras compañías esperan evadir las preocupaciones de salud humana asociadas con los alimentos transgénicos y a la vez abrir toda una nueva área de ganancia a costa de la crisis del calentamiento global.
Los agrocombustibles, conocidos también como biocombustibles o cultivos energéticos, son combustibles hechos de plantas o grasa animal. Ya que no son derivados de fuentes fósiles subterráneas como el carbón o el petróleo, sus promotores sostienen que pueden ayudar a mitigar el cambio climatico. Las emisiones de vehículos de motor son responsables de 14% del calentamiento global.
Hay dos tipos de agrocombustibles: etanol y biodiesel. El etanol se puede obtener de caña de azúcar, melaza, sorgo dulce y granos como el maíz, trigo y cebada. El etanol puede reemplazar la gasolina pero su uso requiere de motores especialmente adaptados. Se puede mezclar con gasolina y así usarse en un motor de carro regular. El biodiesel se deriva de aceites vegetales de plantas como canola, soya y palma aceitera, al igual que de grasa animal. Se puede usar en forma pura en un motor diesel regular sin necesidad de modificarse. Estos usos son considerados la "generación uno" de los agrocombustibles. La segunda generación, aún en la etapa de investigación y desarrollo, consiste de combustibles celulósicos.
Link: http://www.ircamericas.org/esp/5196
1 comentario:
Juan, tema caduco. Resume el material con tus palabras. Cal. = 8
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